EXCAVACIONES EN DOLMENES DE ÍLLORA
(GRANADA)
M. E. JABALOY SANCHEZ, V. SALVATIERRA CUENCA,
A. DEL MORAL FERNANDEZ DEL RINCON y J. A. GARCIA GRANADOS
INTRODUCCIÓN
En 1982 una de las estructuras localizadas cerca de Puerto Lope fue destruida al poner en cultivo nuevas tierras; ante ello el Museo Arqueológico de Granada, decidió crear un plan de documentación de todas las estructuras inéditas, para ir excavándolas sistemáticamente, habiendo sido excavadas una en el verano de 1982 y otras en marzo de 1983.
El municipio de !llora se encuentra enclavado en la región natural de Los Montes. Todas las sepulturas se sitúan en una estrecha zona entre las Sierras de Parapanda y Pelada al W y NW y la Sierra de Madrid y Cerros de las Coronas al E. Es por tanto una zona muy montañosa, en oposición marginal con respecto a los pasillos que unen la Vega de Granada con el Alto Guadalquivir, uno de los cuales es el sistema formado por los ríos Frailes-Velillos, situado al este de la Sierra de Madrid. Toda la zona tiene una altitud mínima de 800 m, situándose las necrópolis entre los 900 y 1.200 m.
DOLMEN DE LA PEDRIZA DE GUIRAO
Está situado a un kilómetro de Íllora, en la parte inferior de la ladera este de la Sierra de Parapanda, a unos 900 m. de altitud, en una estribación situada al NW de las canteras próximas
a Íllora, discurriendo bajo él un carril de comunicación entre los cortijos. Se encuentra a
37° 18′ 8″ de latitud norte y 3° 53′ 32″ de longitud oeste del mapa 1.008 “Montefrío”, a escala 1:50.000, del Servicio Geográfico del Ejército, en tierras propiedad de don Juan Peña García.
La sepultura se encontraba casi por completo cubierta de matorrales, tanto en su interior como en los alrededores, por lo que se puede deducir que su apertura se realizó hace ya bastantes años. El dueño de las tierras nos comunicó que ignoraba por completo su existencia.
Para excavarlo, se planteó un corte de 4,5 x 4,5 m., abarcando toda la área que presumiblemente ocupaba la sepultura. En primer lugar se limpió y rebajó el terreno hasta dejar al descubierto la parte superior de todas las losas, quedando la estructura perfectamente delimitada.
El dolmen presenta planta de forma trapezoidal, casi triangular, sin corredor, orientado de E-W, con una anchura máxima de 1,5 m. y mínima de 50 cm., y una longitud de 2,20 m.
La cabecera está formada por dos gruesas losas, una de ellas movida, y otras dos en cada lateral; las del norte en ángulo casi recto con la cabecera y las del sur en ángulo agudo, cerrando sobre las primeras. La puerta estaba constituida por una abertura dejada entre ambos laterales, de unos 50 cm., que posiblemente estuvo cerrada por otra losa, que actualmente se ha deslizado hacia el sur por la inclinación del terreno.
En la realización se aprovechó esta inclinación, pero para situarla de E-W -objetivo que aquí parece claramente deliberado-, debieron colocar en la parte superior uno de los laterales, de forma que la base de esas losas y de las de la cabecera quedan unos 40 cm. por encima de la base de las del lado sur, que debían ser mucho más altas de lo que hoy son, dado que con el tamaño actual sería muy difícil la colocación de la cubierta. Al tratarse de una piedra frágil y que se rompe fácilmente, puede suponerse que la propia inclinación del terreno, unida al peso, ocasionaron tal destrucción, sin olvidar que pudo ser resultado del saqueo a que fue sometido.
Hay que señalar que las losas de cabecera pudieron constituir en un principio una sola, tal como muestran sus medidas de grosor y altura, pero no es posible asegurarlo totalmente.
Se pudo documentar, alrededor, la existencia de una fosa de 30 a 40 cm., rellena de piedras de mediano tamaño, que servían para calzar la estructura.
La excavación del interior sólo proporcionó dos fragmentos de cuenco, muy toscos, con abundante desgrasante de cuarzo y uno de ellos decorado con un mamelón.
DOLMEN DE LA LOMA DEL CIACO
Se encuentra situado a unos 4,5 km. de !llora en línea recta, hacia el NW de la localidad, también en la ladera este de la Sierra de Parapanda, aunque a 1.150 m. de altitud. Se localiza a 3° 54′ 1″ de longitud oeste y a 37° 19′ 34″ de latitud norte en el mapa 1.008 “Montefrío”, a escala 1 :50.000, del Servicio Geográfico del Ejército. Se llega a él por un camino situado al lado izquierdo de la carretera de Íllora-Montefrío, que parte a unos 10 km. de la
primera población.
El dolmen fue descubierto por don Pedro Tejera, que lo excavó en parte, sin encontrar otra cosa que huesos humanos, que pudieron recuperarse.
Para la excavación, se trazó un corte de 4 x 5 m., siguiendo el mismo sistema anterior. Se trata de una estructura de planta poligonal con corredor, aunque las losas del lado sur de este último habían sido arrancadas. Presenta una anchura de cámara de 1,60 m. de máximo por 1 ,20 m. de mínimo y 1 ,50 m. de longitud. El corredor tenía solamente 50 cm. de longitud y 70 cm. de anchura.
La cabecera de la cámara consta de una única losa de gran tamaño, y los laterales de dos cada uno de ellos. Otras dos losas, perpendiculares a estas últimas, cumplen la función de separar la cámara del corredor, dejando una entrada de unos 30 cm. El único lateral conservado del corredor constaba de una sola losa; éste se cerraba mediante un amontonamiento de piedras de mediano tamaño. En el interior de la cámara, en posición inclinada, se encontraba una de las losas de cubierta, bajo la que se hallaron los únicos restos presumiblemente in situ.
El dolmen se construyó mediante la apertura de una gran fosa, aprovechando el desnivel del terreno, colocando la losa de la cabecera en la parte donde éste era más elevado. La fosa se rellenó con piedras, aunque al menos en el lateral derecho se construyó una especie de muro de contención de unas 7 hiladas, con una altura de casi 50 cm. y 35 cm. de longitud. Este mismo sistema se detectó en el sur, calzando la losa de cabecera. Debido a la destrucción del terreno circundante, no se puede afirmar, aunque es posible, que existiera un túmulo alrededor
de esta estructura.
La excavación solo proporcionó huesos humanos, entre ellos un cráneo casi completo, aunque muy fragmentado. La mayoría de los huesos estaban muy deteriorados a causa de la humedad. El corredor resultó totalmente estéril.
DOLMEN DE LA PEDRIZA DE LOS MAJALES
Se encuentra situado en las proximidades del Cerro de las Coronas, en su ladera oeste, a unos 900 m. de altitud, junto a un carril que comunica los cortijos de la zona y en terrenos propiedad de doña Isabel Pérez Arcos. Está a 32° 22′ 20″ de latitud norte y a 3° 40’30” de longitud oeste, localizándose en el mapa 1.007, “Alcalá la Real”, a escala 1:50.000, del Servicio Geográfico del Ejército. Está muy próximo a la localidad de Puerto Lope, anejo de
Moclín, pero dentro del término municipal de Íllora. En primer lugar, se procedió a cribar la tierra, que en gran cantidad rodeaba la estructura, y que procedía sin duda del interior, recogiéndose únicamente algunos fragmentos de huesos.
Para estudiar la estructura se abrió un corte de 4 x 4 m. La sepultura es de planta trapezoidal con corredor, orientada hacia el SE. La cámara mide 2,20 m. de longitud, 1 ,50 m. de anchura en la cabecera y 0,80 m. en la unión con el corredor. Su altura hasta la roca virgen era de 1.80 m., aunque posiblemente antes de enterrar se cubriría de tierra al menos 40 cm., que es el nivel al que se encuentra el corredor. Este último tiene 1,40 m. de longitud y 0,60 m. de anchura, presentando un tosco enlosado que formaba dos escalones a 0,71 m. y 0,75 m.
respectivamente de profundidad, con respecto a la parte superior de las losas laterales del propio corredor. La parte más baja de este corredor se encontraba a unos 0,60 m. por encima del suelo de la cámara.
La estructura estaba formada por dos losas en la cabecera, una de ellas de gran tamaño, y dos en cada lateral. El cierre de la cámara se realizaba mediante otras dos perpendiculares a las laterales, y otra cerrando en la parte baja, apoyada en ambas, quedando una abertura rectangular de 0,70 x 0,20 m. aproximadamente. El corredor tenía otras dos losas en cada uno de sus lados, aunque en el lado SE sólo quedaba una partida; dicho corredor se cerraba con una serie de pequeñas lajas hincadas.
Alrededor de la estructura existía una fosa de unos 30 o 40 cm. de anchura, rellena de piedras de pequeño y mediano tamaño que ayudaban a calzar toda la estructura. En el interior de la cámara había una losa, proveniente de la cubierta, que medía 1,30 x 0,90 x 0,20 m.
La cámara estaba rellena en bu(!na parte -por encima de la mencionada losa que se encontraba en el fondo- por una tierra. rojiza con piedras, que había sido arrojada al interior después de un completo saqueo; por ello sólo pudo recuperarse un fragmento amorfo de cerámica.
El corredor estaba aún prácticamente intacto gracias a un chaparro situado sobre él, que si bien había podido protegerlo de saqueadores, había alterado todo el interior. Se recogieron huesos humanos pertenecientes al ·menos a 5 individuos, así como un fragmento de punta de flecha de sílex blanco. Además de los huesos humanos, se recogieron bastantes pertenecientes a un conejo, que, por el color y textura que presentan, pudo ser parte de un ajuar alimenticio, especialmente por encontrarse en un ángulo de la cámara que por su compacticidad y dureza parece poco probable que estuviese removido, aunque dadas las condiciones generales no es posible asegurarlo. También se recogió una pequeña valva de “cardium”.
CONCLUSIONES
Las tres sepulturas estudiadas están lo suficientemente separadas entre sí como para que se puedan considerar como pertenecientes a necrópolis distintas. A ellas hay que agregar una cuarta, de grandes proporciones, destruida antes de que pudiera ser investigada y que se encontraba a unos 600 m. en línea recta de la de la Pedriza de los Majales, pudiendo formar con ella un mismo grupo. Por lo que pudo observarse antes de su destrucción, sus características generales coincidían también con esta última.
El principal interés de estos grupos reside en la zona del hallazgo. Efectivamente, hasta la fecha el área no había proporcionado ninguna estructura megalítica conocida, hasta el punto de que algunos autores consideraban que las laderas de las sierras de Parapanda y Pelada habrían sido bordeadas en el tránsito hacia las zonas orientales Estos hallazgos indican por consiguiente una ocupación sistemática y completa de la comarca de Los Montes, sin lagunas o zonas marginales.
La ausencia de material significativo impide abordar cuestiones de índole cronológica, a no ser que se recurriese a la tipología, ejercicio siempre arriesgado y de escasos resultados objetivos.
Todos los tipos de planta son bien conocidos en la provincia de Granada. Los grupos más próximos son los de las necrópolis situadas en tomo al yacimiento de Los Castillejos, en Montefrío, donde hay paralelos para las cámaras de la Pedriza de Majales, también con corredor escalonado, y de la Loma del Ciaco.
El tipo más raro de sepultura corresponde al de la Pedriza de Guirao. Tipos semejantes fueron estudiados por J. E. Ferrer. Dicho autor consideraba a los sepulcros sin corredor como cámaras megalíticas, distinguiendo dos grupos, el de las poligonales y el de las trapezoidales, en el que se incluiría el nuestro. Ninguno de los pertenecientes a este segundo grupo ha proporcionado materiales susceptibles de aportar cronologías ( 4). El grupo de plantas poligonales parece situarse en un Cobre Antiguo, por la presencia de trapecios de sílex y vasos de caliza. Por la simplicidad de las sepulturas podría suponerse que las trapezoidales serian de la misma fecha; las cámaras con corredor serian de época posterior. En la actualidad, mientras no se excaven más poblados con materiales similares a los de las sepulturas, las cronologías seguirán tan vagas como hasta el momento.